Mientras que las impresoras 3D van evolucionando y experimentan con nuevos materiales más allá de los filamentos de plástico, una empresa china ha logrado alcanzar un nivel superior. A través de una mezcla de cemento con residuos industriales como el vidrio y un agente de endurecimiento especial, la firma Winsun ha utilizado una impresora 3D gigante para construir el primer edificio de apartamentos de cinco plantas y una villa de 1.100 metros cuadrados.
La impresora utilizada, desarrollada por Ma Yihe (que lleva más de una década experimentando en este campo) tiene una altura de 6,6 metros, una anchura de 10 metros y hace 40 metros de largo. La máquina imprime las grandes piezas en las instalaciones de la compañía para luego acoplarlas en el lugar, con refuerzos de acero y capas de aislamiento para cumplir así con las regulaciones oficiales de construcción.
Winsun asegura que esta nueva manera de construir ahorra entre un 30% y un 60% de residuos y además puede disminuir los tiempos de producción, entre un 50% y un 70%, y los costes laborales a más de la mitad, entre un 50% y un 80%.
Ahora, han empezado a probar con nuevos materiales reciclados como materia prima y los resultados, edificios más rentables y ecológicos, se pueden ver expuestos en el Parque Industrial de Suzhou.